sábado, 29 de agosto de 2009

El salvaje en el espejo

Los nuevos salvajes cristianos no sólo rechazaban la polis antigua y sus leyes coercitivas; su libertad era también un acto de rebeldía contra el pecado original, una afirmación del poder del hombre para desprenderse no sólo de las leyes seculares sino también de las leyes de la naturaleza; era un acto utópico, exasperado, encaminado a encontrar la liberación. Fueron auténticos atletas, como se les solía llamar, que pusieron todas las fuerzas de su naturaleza humana para derrotarla; en un intento de liberarse de sí mismos, llegaron a mimetizarse con la naturaleza animal a la que combatían.
El monoteísmo judeocristiano, en su lucha contra el paganismo, necesitaba expulsar "de la naturaleza a la divinidad", como ha dicho Toynbee. No sólo fueron expulsados de su cuna natural los dioses paganos, sino que la naturaleza fue convertida en un campo de batalla -el desierto- en donde se enfrentaban las fuerzas del mal y del bien. En el desierto, como metáfora de una historia desnaturalizada, sólo podían sobrevivir, para llegar a la redención final, los hombres salvajes endurecidos por pecados bestiales pero santificados gracias a los sacrificios de una vida ascética y a una fe templada, como dice Cioran, en el "furor contra el mundo antiguo".
En cierto sentido, no estaban equivocados los pensadores paganos que veían a los cristianos como unos hombres salvajes. No sin razón Celso, a fines del siglo II d.C., se refiere a ellos como a una "nueva raza de hombre nacidos ayer, sin patria ni tradiciones, conjurados contra todas las instituciones religiosas y civiles, perseguidos por la justicia, universalmente marcados por la infamia, pero glorificándose de la execración común". Los anacoretas peludos del desierto eran un signo del peligro -de la hybris- que amenazaba a la civilización antigua.

Roger Bartra

viernes, 28 de agosto de 2009

Esa mujer

Por Martín Caparrós.

Es curioso lo que pasa con las mujeres cuando llegan al poder: nada. Quiero decir: nada que las distinga demasiado de los hombres en el poder. Se diría que, en esa frase, lo importante es “el poder”, no el sexo de quien lo ejerce. En las últimas décadas, desde que empezaron a encabezar gobiernos, parece como si la mayoría de esas mujeres se hubieran propuesto desmentir cualquier atisbo de sospecha de posibilidad de acaso imaginar que su condición femenina las haría más débiles –menos capaces de poder con el poder– y se convirtieron en superhombres: Margaret Thatcher es el caso emblemático, pero también Golda Meir o Benazir Bhutto o Angela Merkel. Son mujeres que intentaron demostrar que, en el poder, ser mujer no significa casi nada. Contra cualquier postulado de que lo femenino podía ser diferente, contra aquel discurso que sostenía que los que habían hecho la guerra y la injusticia y las sombras del mundo eran los hombres, ellas contribuyeron a la idea de igualdad de géneros: que una mujer puede ser tan inclemente como el más inclemente de sus conciudadanos.

Diario Crítica,
Contratapa del 27-08-09.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Chacarera del pensador



Proyecto Sanluca.

martes, 25 de agosto de 2009

Infinitos temores de la escritura

La escritura es una incisión, y las palabras, una constancia de elementos que deben volver a ser los mismos, a pesar de que la materia, el sustrato donde se hará el grabado, donde quedará la cicatriz y se transforme de manera inevitable la carne que tiembla, no permitan siquiera un sólo paso atrás. Sin embargo por ello, la escritura se tornará así, con ese límite, gracias a él, el absurdo de una repetición eterna de lo ya nunca retornable, y que además, siempre será ajeno, achacando esa diferencia hasta el agobio, si es que hace falta, cuando intentar advertirlo sea demasiado tarde para que alguien pudiera aparecer, y hacerse responsable.

Entonces, ¿qué juego hará cada uno, tratándose de algo que se repite por abundante?, ¿qué imagen contribuirá a ensoñar, y con ello, qué presencia hará surgir, ¡sin querer!, en medio de tanta repetición?
Las palabras no pertenecen a nadie, y por ello mismo, no señalan a nadie: resultan, solamente, la arcilla que se permiten del abuso obsceno de la persistencia humana.

Entonces, lo que evoque una palabra, ¡es tan propio como ajeno!, así, lo que un mismo nombre haga surgir ante los ojos de un otro, ¡es tan ajeno como inabarcable!

En estas condiciones nunca deliberadas, por siempre ya establecidas, ¿qué miedo surge ante un juego blanco, de un ser ajeno a cada uno que se encuentra de pronto aquí, como el lector desprevenido? Yo no puedo preocupar por ello. Nadie debería preocupar por nada.

¿Pero?, otro incansablemente "sin embargo..."


Entonces, recomenzar:
Nadie se encuentra,
ni se encontrará jamás,
en el infinito no-lugar
del fantasma que asedia.

Más vale que aquél [el lector...] se empiece a reír, o luego ni siquiera podrá lloriquear
(¿y cómo hará después, con el atribulado llanto que su espasmo no le permitirá fluir?).

domingo, 23 de agosto de 2009

Liberación

Cuando uno
se quita los ropajes,
se descubre de
todas las máscaras,
y queda todavía el eco
hablando en el viento.

Entonces el fantasma,
conquista la maldición
de todos los hombres.

Y a vos, que me
entregaste tu
eternidad,
yo te entregué mi
fragmentariedad.

¿Quién fue más
generoso?
¿Quién así,
más cruel?

Amor por
tragedia.

El fantasma
se libera.

jueves, 20 de agosto de 2009

Augurio y Esperanza

Piloto en su navío, ve una gaviota.
En medio del mar,
perdido entre aguas misteriosas,
en la mar infinita,
piloto ve el augurio de una gaviota.

- ¡La tierra por fin se acerca!

Piloto alegra por el augurio,
piloto, sin quererlo,
hace del augurio su esperanza.

Pero aún no vio la tierra,
ni sabe si ésta es su tierra,
ni mucho menos
si es la tierra prometida.

Quizá ni una isla sea,
sino sólo un archipiélago,
pero aún así,
pisaría por fin
otra vez la tierra.

No es ya el horizonte
el que ilusiona,
el horizonte aún
es la línea infinita
entre el cielo y el mar.

Es la vida del ave,
que revolotea cerca,
la que señala el indicio,
la posibilidad.

Entonces,
sin saber nada
de lo que vendrá,
sin saber si lo que vendrá
pueda cambiar algo
este destino a errar,
sin saber si no lo querrá,
piloto deberá continuar
remando, incansablemente,
aunque quede agotado,
hasta que encuentre
una tierra donde poder
descansar como mamífero
terrestre, otra vez; o bien,
dedicarse a morir
bajo el imperio del sol
en la soledad de la mar,
cuando ya no pueda estar cansado,
porque el fin llegó.

lunes, 10 de agosto de 2009

Confusión

Por un breve
lapso de tiempo,
la ilusión retornó
trayéndome
mi viejo rostro,
por un fragmento
de mi presencia,
la ausencia
me trajo la promesa
de lo que no volverá.

¿A quién se dirigen
esas letras que
están ahí?,

¿a quien se las apropia
o a quien le cabe mejor?

La sola posibilidad
me enferma.
Continúa
privándome de mí,
de darle ficción
a este "yo"
que debo fingir.

Difícil resistencia
cuando
el mismo fantasma
es quien se resiste
de ser alejado.

domingo, 9 de agosto de 2009

en esta hora

la brevedad de un día
y sin embargo,
qué tedio.

el momento,
siempre escapando
a mañana
y la eternidad,
que se torna
perspectiva ciega
al devenir
como a lo que vendrá,
han hecho el estar aquí,
un estar ajeno.

´´´´

-¿quién "soy"
con éste,
(a) quién comparto?

-¡pero claro!,
¡pobre hombre!,
¡si es que ud. anda
perdido!

-ud. con eso,
no dice nada
sobre mí.

-por eso mismo
hombre,
es que ud. está
perdido.

´´´´

Resulta frío
y blanco
el laberinto
del tiempo.

Su presencia,
insondable
bajo la
indeterminada
compañía,
desiste cansando.

Con lo que siempre,
aún extrañados
de nosotros mismos,
estamos agobiantemente
acompañados,
aunque la compañía
sea ausente.