Hubo quienes entendieron este espacio como un juego solitario, solipsista, autista; nada más alejado de la intención: este espacio es fruto de no haber encontrado espacio donde hubo su necesidad; encontrarme con el Otro.
Aquí vine, para no ser quien escribe sino quien lee, para que quien escriba sea otro de mí, mi Otro, y que "yo" sea quien lea, aunque en este caso, usted misma, persona allegada que abrió mi horizonte, que sorprendió mi necesidad de compañía, que me entiende tanto y tan bien, que ya no soy quien lee, que eres mi Otro, el que no soy, que me lee, me responde, me cuida y atiende.
Atónito, yo ya soy Otro por mi Otro, que eres tú, Otro: a ti, todas mis palabras, con tal que siembres un floral con ellas.
En silencio, en soledad, ya no me siento solo: estoy contigo.