domingo, 5 de julio de 2009

Extirpación Nro 12

¡Tened coraje de oler vuestras propias miserias!
Con tal que éstas no por perfumadas, os justifiquen un porvenir miserable.

¡Tened orgullo de contemplar sin miramientos, el hundimiento mismo debajo de vuestros pies!
Sin que luego podáis asumir una inercia que, sin gravedad, os permita una eternidad que no os realiza.

¡Tened abundancia de derrochar sollozos cuando se acaba la mamadera, y la patria de la infancia hace tiempo que os quede lejos!
No sea que estéis llorones y os maquilléis las mejillas con pomposa elegancia, o bien, os refugiéis en la circunstancia de estar justificado por pelar una cebolla.

¡Tened valentía de reír sin que eso os impida unas cuantas lágrimas!
Sabiendo que vuestro mundo reúne un sinfín de hipócritas impotentes ante el sentido originario de la ambivalencia afectiva, del que no estáis excluídos.

¡Tened burla de odiar a quien no se odia!
Acaso con el fin, llegue el día en que vuestro enemigo sea vuestro mejor amado.

¡Tened locura de amar a quien no os pidió ser amado!

O que vuestra individualidad acobardada se quede con unos pobres fuegos fatuos que no os alimenta la vida y sólo os la consumen por el ciego hábito, vuestro y ajeno.


¡Tened orgullo de morir viviendo!

Que vuestra vida no se realice en una lista de tareas de vuestro prójimo invisible.

¡Tened alegría de vivir muriendo!
Que vuestra muerte no se lleve la porción más miserable de vuestra vida.