domingo, 31 de julio de 2011

topografí A

Dónde
van
....................................................................................................................a
parar
( todas )
( las )
( posibilidades )
( truncas, )
Allá no.
-Aquí,
entre
quienes
no viven
para recordar;
mas recuerdan para vivir,
que viven por amar,
aunque odien por vivir,
mas para vivir,
oscilan
y
quiebran,

sorprendiendo
cada
mañana
bajo
otra
mirada,
incluso
con
dolor,
sin
demorar
la sonrisa
radiante
en
sus
bocas.

jueves, 28 de julio de 2011

O Quereres



Veloso x Aznar

domingo, 24 de julio de 2011

Principios da Musica Universal


Hermeto Pascoal e Aline Morena

jueves, 21 de julio de 2011

El gusto del secreto

Se trata de buscar algo que todavía no es bien recibido, pero que espera serlo. Y hay una especie de olfato para lo que, si bien va contra la corriente, ya está conectado con una posible recepción. Por ende -y me permito una referencia personal-, probablemente cada vez que intenté hacer gestos extraños o inactuales fue porque tenía la impresión de que eran requeridos, más o menos silenciosamente, desde otros sectores, por otras fuerzas, las cuales, aunque todavía minoritarias, ya se delineaban como presentes. Es una suerte de cálculo de lo incalculable, y la intempestividad es un tipo de tempestividad en vías de formación.



...



¨No soy de la familia¨ quiere decir, en términos generales: ¨no me defino a partir de mi pertenencia a la familia¨, a la sociedad civil, al Estado; no me defino por medio de las formas elementales del parentesco. Pero también significa, de modo más figurado, que no formo parte de grupo alguno, que no me reconozco ni en una comunidad lingüística, ni en una comunidad nacional, ni en un partido, ni en un grupo o en una parroquia, sea esta una escuela filosófica o una escuela literaria. ¨No soy de la familia¨ quiere decir: no me tomen por uno de ustedes, quiero conservar en todo momento mi libertad; es la condición no sólo para ser singular y otro, sino para entrar en relación con la singularidad y la alteridad de los otros. Cuando uno es de la familia, no sólo se pierde en lo gregario, sino que también se pierden los demás; los otros se vuelven meros puestos, funciones familiares, o funciones en la totalidad orgánica que constituye un grupo, una escuela, una nación, o una comunidad de quienes hablan una misma lengua.


...


La segunda dimensión, que en cierto modo está inscripta en la primera y simultáneamente la rebasa, consiste en que mi no querer ser de la familia está presupuesto en mi querer ser de la familia. El deseo de pertenecer a una comunidad cualquiera, el deseo mismo de la pertenencia, presupone que no se pertenece a ella (...) La motivación de pertenencia -nacional, lingüística, política, filosófica- presupone la no pertenencia. Ello puede tener consecuencias políticas: no hay identidad; hay una identificación, una motivación relativa a la pertenencia, que no obstante presupone a su vez que la pertenencia no existe, que quien desea ser esto o aquello, francés, europeo, etc., no lo es. Hace falta que sepan que no lo son. Nunca se pertenece a la familia y siempre se pertenece a ella; por eso es un lugar tan dramático, porque la familia (la nación, la humanidad) no tiene una identidad consigo. Nunca es un estado.




El gusto del secreto,


Jaques Derrida y Maurizio Ferraris

martes, 19 de julio de 2011

Pequeña serenata diurna

Vivo en un país libre

cual solamente puede ser libre

en esta tierra, en este instante

y soy feliz porque soy gigante.


Amo a una mujer clara

que amo y me ama

sin pedir nada

o casi nada,

que no es lo mismo

pero es igual


Y si esto fuera poco,

tengo mis cantos

que poco a poco

muelo y rehago

habitando el tiempo,

como le cuadra

a un hombre despierto.


Soy feliz,

soy un hombre feliz,

y quiero que me perdonen

por este día

los muertos de mi felicidad.


Silvio Rodriguez

viernes, 15 de julio de 2011

La música y el silencio

Los sonidos de la música pueden acabar con los duros bordes de las cosas. Gracias a ella algo empieza a fluir y el que la compone (y también el que la oye) se vuelve capitán de un RÍO...

El silencio es mi voz, es mi sombra, es mi llave...

[El silencio] se despliega, me bebe, me consume.

Mi enorme sanguijuela se acuesta en mí.

Contra el silencio, las palabras. Pero Michaux desconfía demasiado de las palabras, armas melladas, instrumentos rotos. Y más aún: signos con lo hostil que acecha:

Palabras, palabras que vienen a explicar, a comentar, a revolcar, a que sea justificable, razonable, real, prosa como un chacal.

Es preciso que jamás olvide: yo me asfixiaba. Yo reventaba entre las palabras.

Por eso, contra el silencio y contra la palabra: un piano. He de detenerme en lo que Henri Michaux dice del piano pues nunca nadie lo dijo de una manera tan perfecta:

Compañero que no me observa, que no me evalúa, que no toma nota, que no conserva huellas, compañero que no exije, que no me obliga a prometerle nada.

Con él, todo tan simple.

Yo me acerco. Él está listo.

Yo traigo la obsesión, la tensión, la opresión:

Él canta.

Yo traigo la situación irremediable, el vano despliegue de esfuerzos, el fracaso de todo junto con la mezquindad, las precauciones llevadas por el viento, por el fuego, por el fuego, sobre todo por el fuego:

Él canta.

Yo traigo inundación a la sangre, el rebuzno de los asnos contra la paz, los campos, el trabajo forzado, la miseria, los prisioneros de la familia, las cosas a medias, los amores a medias, los impulsos a medias, y menos que a medias, las vacas flacas, los hospitales, los interrogatorios policiales, los lentos agonizantes de las aldeas perdidas, los amargos vivientes, los dañados, aquellos que derivan conmigo sobre la helada y loca ladera:

Él canta.

Yo acarreo todo en desorden, sin saber lo que traigo, de quién, para quién, quién habla en la cesta de las llagas:

Él canta.

Él canta.

Para quien sabe buscar todo se vuelve búsqueda. Acercarse al piano y dejar que cante es acercarme al piano y dejarme cantar. Pero sobre todo es transformar el encuentro con el piano en un lugar de aprendizaje: Lo que yo quisiera es música para cuestionar, para auscultar; para acercarme al problema del ser: Michaux no quiere componer como un compositor, en particular no como un compositor occidental: quiere hacer música de gorrión, de gorrión no muy decidido, posado sobre una rama, de gorrión que trataría de llamar a un hombre...

Quiere una música para pedir auxilio en el horror, en el no saber, una música no parecida a ninguna a otra sino solamente parecida a él, música para reconocerse, para decir su nombre, una música que señale su lugar, que exprese su carencia de un lugar:

Una melodía pobre, pobre como la que le sería necesaria al mendigo para decir sin palabras su miseria y toda la miseria alrededor y todo aquello que responde miseria a su miseria, sin escucharlo.

Como un llamado al suicidio, como un suicidio comenzado, como un retorno perpetuo al único recurso: el suicidio, una melodía.

Una melodía de recaídas, melodía para ganar tiempo, para fascinar a la serpiente, mientras que la incansable frente siempre busca, en vano, su Oriente.

Las ondas pequeñísimas de la música nos consuelan del insoportable «estado sólido» del mundo, de todas las consecuencias de este estado, de sus estructuras... El tiempo, gracias a ella, se vuelve agradable de saborear.


Alejandra Pizarnik

miércoles, 13 de julio de 2011

etéreo pasaje entre lo sólido

cuando me
descubriste,
te alegraste:
viste en mí
el punto de
fuga.

cuando me
caminaste,
fortaleciste
tu cuerpo,
recobraste
la vida.

cuando me
pisaste por
última vez,
ya no me
reconociste;
dejé de ser
tu necesidad.

cuando
te alejaste,
me negaste,
te olvidaste,
-y-
no fui más
que un
puente
sobre el
abismo.

viernes, 8 de julio de 2011

Volví al jardín



Gabo Ferro

miércoles, 6 de julio de 2011

Conselho

Cerca de grandes muros quem te sonhas.
Depois, onde é visível o jardim
Através do portão de grade dada,
Põe quantas flores são as mais risonhas,
Para que te conheçam só assim.
Onde ninguém o vir não ponhas nada.

Faze canteiros como os que outros têm,
Onde os olhares possam entrever
O teu jardim com lho vais mostrar.
Mas onde és teu, e nunca o vê ninguém,
Deixa as flores que vêm do chão crescer
E deixa as ervas naturais medrar.

Faze de ti um duplo ser guardado;
E que ninguém, que veja e fite, possa
Saber mais que um jardim de quem tu és -
Um jardim ostensivo e reservado,
Por trás do qual a flor nativa roça
A erva tão pobre que nem tu a vês...

Fernando Pessoa