jueves, 30 de septiembre de 2010

Conmigo no se puede hablar

Es cierto.
Lo reconozco.
Sí, ya lo sé.
¿Qué quiere que le diga?,
¿sería prudente de mi parte la hipocresía de negarlo?
En absoluto; no se trata de una virtud,
sino de la fatalidad de ser un mero hecho:
conmigo no se puede hablar.
¿Quién soy yo?, ¿Quién es usted?
¿Con quién se puede hablar?
¿Con quién se llega a hablar?
A mí se me puede encontrar,
y usted me entiende la palabra si aún me lee.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No se pregunte “¿Quién es usted?” o “¿A quién leo?” ¿Por qué saber si soy o no soy, porque me sigo preguntando?

Si pudiera arrojaría aquí todos los yoes que me conforman para sólo quedarme con uno, con el que me viva mejor, con el que me use del mejor modo, con el que comprenda. Porque así, siendo muchas, no sé cuando soy yo, cuál es el modo, qué es la fatalidad, cuándo responder. Así no sé.
Si un Piloto en su navío dice “a mí se me puede encontrar”…se lo entiende. Pero miente.
Lo sé porque soy mensaje en la botella.
Porque nada resulta cierto y también, quizás, porque todo aquí es tura, es decir, invención, mentira… realidad.

Botella al mar.

Anónimo dijo...

...más alta que la realidad está la posibilidad.

...dicen

Anónimo dijo...

Es que la posibilidad está tan alta que da vértigo. Todavía no llego tan alto sin que me den ganas de salir corriendo...
Aunque la canción de Santiago Feliú, puede ayudarme a escapar mas lento o a romperme menos rápido porque "ya sé que sentir a corazón abierto es casi tan cursi como una golondrina..."


Seis menos cuarto

Deja que las cosas se sucedan,
no convoques la razón,
lo que pasa es como pasa,
y naufragando navegamos la cuestión.

De nosotros por nosotros
reintentamos lo posible que no fue,
para andar más apacible,
el desenfreno que se vive a flor de piel.

Cuan multiplicadamente vivo en la persona está perder,
son temibles las razones que ahora vienen para no sentir que no,
no es el insight quien te salva de la asfixia y del stress,
no le pongas un motivo a la basura porque crean que está bien.

Recordarás la vida de este momento, de este lugar,
hasta el fin de los tiempos en una música vivirán,
ríe en la desgracia acordándote de mí,
sigo pies descalzos caminándola hasta el fin.

Entonces pasa con cuidado,
que las alas no se rompan al volar,
falta mucho, queda lejos, por ahora mejor me voy a dormir,
falta poco y queda cerca, por ahora mejor me voy a soñar,
por ahora mejor me voy a soñar.


Igual... la tura es posibilidad. Claro que la invención puder caer siempre en la Gran Costumbre.

Botella al mar.

Anónimo dijo...

el otro día en puán había una clase en el patio acerca del yo empírico y el yo discursivo, y de la gramática de la modernidad; casi una reminiscencia trascendental. en tiempos de ausencia, uno aquí, uno allá. ¿debo partirme en dos? ¡se está partido ya!