"Nada poseo y nada deseo poseer. No amo nada y nada tengo que perder, pero no por esto me hice más digno de ti, de ti, que desde hace mucho tiempo estás cansado de arrancar a los hombres lo que ellos aman, cansado de sus cobardes suspiros, de sus cobardes súplicas. Sorpréndeme, estoy preparado. Ninguna apuesta, pelearemos por honor. Muéstrame a ella, muéstrame una posibilidad que tenga toda la apariencia de una imposibilidad, muéstramela incluso entre las sombras del infierno e iré a buscarla. Deja que ella me odie, me desprecie, me muestre indiferencia, ame a otro. Yo no tengo miedo; pero mueve las aguas, rompe la calma. Dejarme morir de esta forma de inanición es algo miserable, no digno de ti, que imaginas ser más fuerte que yo."
Søren Kierkegaard.
1 comentario:
Percibes el silencio y la calma como tu propia cruz. Ella es una devota que jamás mirará tus pecados para lamerlos con sus lágrimas o encenderlos con sus vomitos. Tú no me existes, yo no te existo y así...
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