jueves, 20 de enero de 2011

Carta LVIII

"Pero su amigo afirma que nosotros podemos hacer uso con entera libertad, es decir, absolutamente, de la actividad de nuestra razón y en esa opinión persiste con bastante, por no decir demasiada, confianza. ¿En efecto, quién negaría, dice él, sino contradiciendo su propia conciencia que puedo pensar acerca de mis pensamientos, que quiero o que no quiero escribir? Me agradaría mucho saber de qué conciencia habla. Yo, por cierto, para no contradecir a mi conciencia, es decir, a la razón y a la experiencia, y para no fomentar prejuicios y la ignorancia, niego que pueda pensar, con algún poder absoluto de pensar, que quiero y que no quiero escribir. Pero apelo a la conciencia de él mismo que, indudablemente, habrá experimentado que al soñar no tiene el poder de pensar que quiere y que no quiere escribir; y cuando sueña que quiere escribir, no tiene el poder de soñar que no quiere escribir; y creo que no menos habrá experimentado que el alma no es siempre igualmente apta para pensar sobre el mismo objeto, sino que conforme el cuerpo es más apto para que en él se despierte la imagen de este o aquel objeto, también el alma es más apta para contemplar de este u otro objeto."

B.d.S. Epistolario

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por la decisión de los ángeles, y el juicio de los santos, excomulgamos, expulsamos, execramos y maldecimos a Baruch de Spinoza, con la aprobación del Santo Dios y de toda esta Santa comunidad, ante los Santos Libros de la Ley con sus 613 prescripciones, con la excomunión con que Josué excomulgó a Jericó, con la maldición con que Eliseo maldijo a sus hijos y con todas las execraciones escritas en la Ley. Maldito sea de día y maldito sea de noche; maldito sea cuando se acuesta y maldito sea cuando se levanta; maldito sea cuando sale y maldito sea cuando regresa. Que el Señor no lo perdone. Que la cólera y el enojo del Señor se desaten contra este hombre y arrojen sobre él todas las maldiciones escritas en el Libro de la Ley. El Señor borrará su nombre bajo los cielos y lo expulsará de todas las tribus de Israel abandonándolo al Maligno con todas las maldiciones del cielo escritas en el Libro de la Ley. Pero vosotros, que sois fieles al Señor vuestro Dios, vivid en paz. Ordenamos que nadie mantenga con él comunicación oral o escrita, que nadie le preste ningún favor, que nadie permanezca con él bajo el mismo techo o a menos de cuatro yardas, que nadie lea nada escrito o trascripto por él.

DECRETO DE EXCOMUNIÓN DE BARUCH DE SPINOZA - 1656

Moisés Velasco dijo...

Hola Piloto. ¿Termina así esta carta de Spnoza o hay más texto tras tu selección? Gracias de antemano.